Existen varios tipos de estufas eléctricas: caloventores; convectores; estufas halógenas y paneles de mica, entre otros. A la hora de elegir una estufa lo ideal es tener en cuenta el tipo de uso que le vamos a dar. No es lo mismo calefaccionar una habitación pequeña que una grande. También es importante determinar si el aparato va a estar encendido mucho tiempo o sólo se va a utilizar en períodos moderados.

Entre los tipos de estufas más destacados podemos encontrar los caloventores y los paneles de mica. Su función, si bien es la misma, la cumplen de diverso modo. Los caloventores tienden a calentar mucho más rápido un ambiente pero también secan el aire mucho a mayor velocidad que los paneles de mica. Además, suelen consumir más energía.

Al igual que el tipo de estufa que sería recomendable elegir, la potencia que necesito va a depender del tipo de ambiente que tengo que calefaccionar. Cuanto mayor sea la habitación, más potencia voy a necesitar. También hay que tener en cuenta que mayor potencia significa mayor gasto energético.

El vitroconvector es un tipo de estufa eléctrica que tiene como principal ventaja que posee una superficie que no se calienta demasiado. La parte frontal del equipo (vitro) suele adquirir temperatura pero no tanta como para causar un accidente doméstico. Por ejemplo, si tenemos niños en casa y tocan el aparato por el frente no van a sufrir quemaduras. De todos modos, siempre es mejor que estén alejados de este tipo de dispositivos.

Otra de las grandes ventajas que tienen las estufas eléctricas es que, en su enorme mayoría, son transportables. Es decir, si bien podemos fijarlas a una pared específica también podemos moverlas de una lado a otro y utilizarlas, por ejemplo, para habitaciones distintas según nuestras necesidades.