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Un horno de leña funciona a través de la quema de madera para producir calor, que posteriormente se emplea en la preparación de los alimentos. La madera se coloca en el interior del horno o en su parte baja y se enciende. Usualmente se requiere de entre 15 a 30 minutos antes de colocar los alimentos.
Un horno de leña es extremadamente versátil y puede utilizarse para una variedad extensa de recetas. En este se puede elaborar casi cualquier tipo de comida, abarcando pizzas, panes, carnes, vegetales, empanadas, pescados, entre otras múltiples opciones.
Para un horno de leña, el material más apropiado es la madera dura y seca, como el roble o el nogal. Estas producen más calor y menos humo, además de mantener el fuego en funcionamiento durante un tiempo más extenso.
El horno de leña se encuentra preparado para su uso cuando alcanza la temperatura adecuada para la cocina. Una indicación fiable es considerar el tono de las brasas (estas deberían ser rojas y cubiertas con una capa de ceniza gris). Además, podes emplear un termómetro especializado para una precisión superior.
La limpieza de un horno a leña no es difícil, pero sí requiere tiempo y dedicación. Se aconseja realizarlo con regularidad, después de cada uso, se debe retirar las cenizas y limpiar las paredes del horno de hollín.