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Si bien la tarea de este tipo de herramientas es la misma: golpear; no todos los martillos son iguales. Existen distintos tipos de martillos para realizar, de la mejor manera posible, distintas tareas y trabajos. Por ejemplo, tenemos el martillo para carpintero; para techista o para mecánico. Cada uno de ellos tiene sus características propias.
El peso de la cabeza del martillo es lo que finalmente dará el golpe. Por lo tanto, dependiendo del tipo de trabajos que vayamos a realizar, vamos a necesitar uno que sea pesado o, tal vez, uno más liviano si su uso llegara a ser doméstico. La cabeza de una martillo puede pesar entre los 200 y los 800 gramos, aproximadamente.
Una de las partes más importantes de un martillo manual es su mango. Es por donde tenemos el contacto con él y la parte a través de la cuál le damos la fuerza al golpe. Es determinante que el mango sea de nuestro agrado al tacto y que no se resbale. La madera puede zafarse en algunos casos. La fibra de vidrio es un buen elemento porque viene recubierto con antideslizante.
Así como se pueden utilizar distintos tipos de materiales para el mango del martillo, la cabeza también puede estar hecha de diferentes elementos y tener distintas propiedades. En general, la mayoría de las cabezas de los martillos están hechas de acero forjado, pero también pueden ser de acero fundido; hierro e incluso goma o plástico de tipo duro.
Las medidas de un martillo van a depender fundamentalmente del peso de la cabeza. En base a esto el mango tendrá un largo acorde. Pero además de esto, un mango más largo proporciona un golpe más fuerte, pero menos preciso a la vez. Para encontrar las medidas ideales siempre va a depender del tipo de tarea que queramos realizar.