Ventilacion

Llamamos turbo al sistema de sobrealimentación que ayuda a comprimir el aire que circula hasta el motor, enviando así más oxígeno para mezclar con una mayor cantidad de carburante. De esta manera, al elevar la cantidad de combustión, se obtiene un aumento de potencia y por ende una mayor ventilación en el ambiente. Ideal para espacios de gran tamaño donde es necesario una mayor potencia.

Para colocar un ventilador de pie o de sobremesa, hay que garantizar el flujo de aire, evitando situarlo en esquinas, o junto a armarios o sofás. Lo más adecuado es situarlos lo más cerca posible del suelo ya que al estar a esa altura, recogerá el aire más fresco, y lo moverá y expulsará hacia arriba. Es recomendable que el ambiente no esté cerrado y haya flujo de aire.

El mantenimiento de un ventilador es mínimo pero indispensable para el cuidado personal. Se aconseja limpiar sus aspas una vez al mes, para evitar que el polvo y otras bacterias se desplacen libremente por nuestro hogar. Puedes limpiar estos aparatos con un trapo húmedo nada más. Si haces un buen uso del ventilador y su mantenimiento es el óptimo, podrás asegurarte su vida útil por mucho tiempo.

Debes saber que el número de aspas no va a influir en el caudal de aire, pero sí en el nivel de ruido, siendo los de 5 aspas más silenciosos. Sin embargo, los ventiladores de pie están diseñados hoy en día con regulación de velocidad e incluso algunos con modo nocturno. Mientras más aspas tenga menor va a ser el ruido que genere, pero con menos aspas el ventilador no necesitará tanta potencia

El consumo energético entre los dos aparatos no tiene punto de comparación. La gran mayoría de los ventiladores tienen una potencia de entre 40 y 100 vatios, es decir, más o menos equivalente a una bombilla. Con estas cifras, si mantenemos un ventilador puesto en marcha durante ocho horas seguidas, el consumo eléctrico será entre de 0,32 kWh para un aparato de 40 vatios.