Más capacidad de almacenamiento significa que vamos a poder guardar más documentos o archivos. La capacidad de los discos externos se puede medir en Gigabytes o en Terabytes. Cuantos más Terabytes tenga la unidad, mayor será su capacidad. A la vez, mayor será su precio.

A grandes rasgos existen dos tipos de discos: Solid State Drive (SSD) o Hard Drive Disk (HDD). Los primeros son mucho más veloces para leer y escribir datos, pero mucho más caros. Los segundos ofrecen mucha más capacidad a menor precio. Antes de comprar un disco externo es clave saber para qué vamos a utilizarlo.

El disco rígido tradicional o HDD tiene una muy buena relación precio/espacio de almacenamiento. Sin embargo, frente al SSD tiene una limitante clave: la velocidad. La velocidad de lectura y escritura de un SSD, aún los más básicos, frente a un HDD es enorme. Son mucho más rápidos.

Un disco SSD es más rápido que un HDD, pero no significa que sea mejor. Para tareas de almacenamiento, por ejemplo, es más recomendable comprar un HDD porque vamos a poder conseguir unidades con mucho mayor espacio a un costo comparativamente inferior.

La velocidad de un disco externo se evalúa, generalmente, en MB/s y pueden variar según el tipo de disco que sea. Un disco más o menos estándar SSD puede ofrecer unos 480 MB/s de lectura y unos 430 MB/s de escritura. En uno HDD puede ser de 125 MB/s de lectura y 120 MB/s de escritura, aproximadamente.