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Lo ideal antes de comprar cualquier Smart TV es tener en cuenta el tipo de uso que le vamos a dar ¿Va estar en el living del hogar? ¿Es para la habitación de los niños? ¿Lo vamos a utilizar en la oficina como pantalla de proyección en reuniones? Una vez determinados estos puntos, podemos elegir mejor el modelo de TV que necesitamos.
En principio, hoy en día todos los Smart TV traen conectores HDMI. Es el más utilizado y el más eficiente para transmitir imagen y sonido desde una PC, notebook o Smart Box, por ejemplo. Es bueno saber cuántos salidas y entradas de HDMI trae el TV para poder conectar a la vez varios dispositivos. También son importantes otro tipo de conexiones como son las USB, Bluetooth o NFC.
Otro factor importante a tener en cuenta de un Smart TV son las aplicaciones que trae instaladas de base. Si trae Netflix, Disney Plus o Youtube, por ejemplo. Además, es clave investigar si el Smart TV ofrece la posibilidad de instalar aplicaciones nuevas o cuenta con una tienda on line para descargarlas y si puede actualizarse.
La resolución de un Smart TV es la cantidad de píxeles horizontales y verticales que tiene una pantalla. Cuantos más píxeles tenga un televisor, mayor será su definición. Es decir, las imágenes se verán más nítidas y mejor. A grandes rasgos existen cuatro tipos de resoluciones para las pantallas de un Smart TV: HD; Full HD; 4K UHD y 8K.
Un último factor determinante a la hora de comprar un Smart TV es su tamaño físico. Siempre va a depender del tamaño de la pantalla, pero es muy importante chequear bien las dimensiones del equipo para saber si puede instalarse en la habitación en la que nos proponemos hacerlo.